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Cenar después de esta hora específica promovería el almacenamiento de grasa
Cuando se trata de almacenamiento de grasa, todo cuenta, incluso cenar a una hora concretaCiudad de México.- Si tiendes a cenar lo suficientemente tarde, es mejor que lo dejes. Según un equipo de científicos estadounidenses, comer después de las diez de la noche podría ralentizar la eliminación de grasa.
En la vida hay quienes cenan muy temprano y quienes prefieren comer tarde. Pero según un nuevo estudio, que acaba de publicarse en la revista Cell Metabolism, comer después de una hora determinada sería un hábito muy malo.
Aquí está la hora después de la cual no deberíamos comer más para no engordar:
Investigadores del Brigham and Women's Hospital realizaron un ensayo cruzado en dieciséis pacientes con sobrepeso u obesidad. controlaron lo que comían, así como la hora a la que cenaban, pero también su nivel de actividad física o su tiempo de sueño. Los participantes se separaron en dos grupos. El primero tenía que comer relativamente temprano, es decir, alrededor de las 18 horas, mientras que el segundo lo retrasaba unas cuatro horas, es decir, alrededor de las 22 horas. A lo largo del estudio, se tomaron muestras de sangre y se realizaron biopsias del tejido adiposo.
La primera observación de los científicos es inapelable. Cuanto más tarde comían las personas, más grasa almacenaba su cuerpo. Gastaban una media del cinco por ciento menos de calorías que las que cenaban antes.
Comer tarde duplicó las posibilidades de tener hambre en comparación con comer temprano. Los participantes que cenaban alrededor o después de las 22 horas dijeron que querían consumir carne, almidones o incluso productos lácteos. Esto se debe a que las comidas tardías afectan a las hormonas reguladoras del apetito.
Por lo tanto, los investigadores insisten ahora en la importancia de llevar a cabo nuevos trabajos, en particular para incluir a otras categorías de población. En los estudios a mayor escala, donde no es posible un control estrecho de todos estos factores, al menos debemos considerar cómo otras variables de comportamiento y medio ambiente están cambiando estas vías biológicas que subyacen al riesgo de obesidad.
Fuente: Todo para Ellas