Mediador
¿Eres mediadora de conflictos familiares? Sigue estos 3 consejos para proteger tu salud mental
Ser mediadora no es tarea sencilla, por tanto, sigue estos consejos para facilitarte el procesoCiudad de México.- En una familia, a veces pueden surgir conflictos. Algunos tomarán partido, pero otros se colocan automáticamente como mediadores. Te explicamos cómo manejar estas situaciones mientras te proteges.
En el mejor de los casos, las reuniones familiares son una oportunidad para pasar agradables momentos de reencuentro. Pero a veces estos hermosos momentos pueden volverse agrios, especialmente cuando entran en juego disputas financieras o conflictos de valores. Donaciones, herencias, venta de una casa o un terreno, varios desacuerdos filosóficos o políticos.
La situación puede empeorar rápidamente, incluso dañar las relaciones de algunos miembros de la familia a largo plazo. Algunos tomarán partido frontalmente y otros intentarán resolver el problema de manera pacífica. Estos últimos entran entonces en un papel de “mediadores”, que, si bien es el más altruista, no es el más fácil de mantener.
Saber si eres el mediador preferido de tu familia es sencillo. ¿Tiendes a dejar de lado tus puntos de vista, a intentar desactivar la situación pacíficamente, sin entrar nunca en el juicio? Todo con la esperanza de salvaguardar la paz entre tus seres queridos a toda costa. Cuando se acerca un conflicto, ¿eres quien invita a razonar a todos y que todo termine en un abrazo fraternal? ¡Probablemente seas el mediador de tu círculo cercano! Al tomar esta posición, puedes tener las mejores intenciones. ¿A quien no le gustaría ayudar a sus seres queridos a llevarse bien? Pero también es un papel particularmente arriesgado, especialmente para su salud mental. Este papel debe cumplirse con pinzas.
Un lugar de mediador incómodo
El problema es que estar entre dos bandos sin duda implicará escuchar comentarios desagradables de ambos lados. Puede ser difícil de absorber cuando tus seres queridos están involucrados. También podrías volverte hiper-vigilante en cuanto a tu propia comunicación. Por miedo a decir algo que podría pasar por una postura para uno de los partidos.
La carga mental que provoca esta posición puede ser muy importante. Ser el mediador familiar puede ser una forma de protegerse a sí mismo del riesgo de ser el objetivo directo de los críticos.
Consejos.
Si desempeñas este papel en tu familia, hay varios métodos que pueden ayudarte a no poner en peligro tu salud mental. También pueden ayudarte a dar un paso atrás en las situaciones para gestionarlas de la mejor manera posible. El consejo primordial es establecer bien tus límites. Si te encuentras en el medio, como moderador de las disputas familiares, lo primero que debes hacer es prestar atención a tu bienestar. Puedes escuchar ambos lados de la historia, pero tienes que crear límites claros de implicación para ti misma
1.- Ser un apoyo, en lugar de tratar de resolver la situación. En lugar de involucrarse demasiado emocionalmente y querer manejar el conflicto a toda costa, sé un apoyo a tus seres queridos que sufren la situación. Esto puede tener efectos beneficiosos en el apaciguamiento de ambas partes, y evitará que te sientas culpable si la resolución lleva tiempo. Sé un oído empático y atento. Sin aceptar transmitir mensajes o agregando tu opinión en medio del conflicto
2.- Ten confianza y evita culpar a una de las partes.Mostrar y expresar claramente tus límites. Explica a tus seres queridos que estarás allí para escucharlos, pero no para participar activamente en el conflicto. Puede ser tentador agregar una piedra al edificio, o tratar de ganarse la confianza de sus seres queridos apoyando sus respectivas versiones.
3.- Da un paso atrás. Los conflictos familiares a veces pueden tardar varios años en resolverse, y desafortunadamente no puedes hacer nada al respecto. Si los miembros de su familia se alejan a pesar de su acción como mediador, no se sienta culpable. El alejamiento ocurre en una de cada cinco familias, y no debería ser una fuente de vergüenza. El tiempo hará su trabajo y a veces hay que aceptar dejarlo ir.
Fuente: Todo para Ellas