Familia

Hemorragias nasales: ¿Cuándo es momento de llevar a mi hijo al doctor?

¿Te preocupa que tu hijo tenga hemorragias nasales? Aunque en su mayoría son leves y no hay de qué preocuparse, en otros casos es necesario agendar una consulta con el médico
martes, 3 de enero de 2023 · 15:00

Ciudad de México.- Las hemorragias nasales en niños no son un tema raro. Lo primero que debes saber es que suele ser común entre pequeños de entre cinco y 10 años. En la mayoría de los casos hay daño en la mancha vascular. Varios factores están en el origen de este fenómeno frecuente. En primer lugar, la mucosa nasal (la que recubre el interior de la nariz) está muy vascularizada: esto significa que está atravesada por muchos vasos sanguíneos que vienen en particular internos y externos carótidas.

En aproximadamente el 95 por ciento  de los casos, la epistaxis esencial (es decir, hemorragia nasal) es causada por daño en la mancha vascular, un área muy superficial que se encuentra anterior al tabique nasal y que se encuentra en la confluencia de tres redes arteriales y venosas. Esto significa que hay una gran concentración de pequeños vasos sanguíneos allí.

La mancha vascular es una zona muy frágil y muy superficial: basta que haga un poco de calor o un poco de frío, que haya un aumento de tensión (como puede ocurrir durante la noche, cuando el niño está acostado), que el niño sufra de un pequeño resfriado, que se rasque un poco la parte de adentro de la nariz o que se dé un golpe muy leve a la altura de la cara para que aparezca una hemorragia nasal.

La hemorragia nasal de un niño: ¡no es grave! Si una arteriola está afectada, la hemorragia nasal puede ser muy impactante para los padres: sin embargo, hay que tener en cuenta que la epistaxis esencial nunca puede ser la causa de un shock hemorrágico.

Lo mejor es consultar a un otorrinolaringólogo si las hemorragias nasales son frecuentes en los niños. De hecho, en casos raros, puede tratarse de un fibroma nasofaríngeo, una malformación vascular (más específicamente: un tumor benigno) que hay que extirparlo con cirugía.

El otorrinolaringólogo le realizará una nasofibroscopia en la consulta. Concretamente, consiste en introducir una pequeña cámara en la nariz unos tres centímetros de profundidad para explorar las fosas nasales derecha e izquierda. Este examen generalmente se realiza sin anestesia. Es tan desagradable como una prueba de PCR.

Fuente: Todo para Ellas