Razones por las que tus hijos adolescentes pudieran querer perforarse o tatuarse

Ciudad de México.- Uno de los principales problemas que pueden tener los padres cuando los hijos llegan a la adolescencia tiene mucho que ver con el comienzo de su independencia, la cual se puede notar con la toma de decisiones que muchas veces pueden no parecer las correctas, sobre todo porque durante esta etapa de la vida todo puede estar influenciado por muchas cosas que no son precisamente lo mejor desde la percepción de los padres, como por ejemplo, el deseo de hacerse alguna perforación o un tatuaje.

En la actualidad cada vez son más las personas que tienen alguna modificación en el cuerpo como una perforación o algunos tatuajes, por lo que para los adolescentes querer unirse a estas tendencias no es algo fuera de lo normal, aunque para los padres sean cuestiones innecesarias, que no se ven bien o que incluso en pensamientos extremos pueden considerarse como un acto que limitará su desarrollo en ciertos aspectos de la vida.

Sin embargo, para los adolescentes los tatuajes y las perforaciones son mucho más que solo uno modificación en el cuerpo, pues es una manera en la que pueden expresar su individualidad y la manera en la que ellos perciben el mundo, algo que, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, es una necesidad para ellos en este momento de su vida, por lo que al mostrar desaprobación general actitudes rebeldes que afectan las relaciones familiares a corto y largo plazo.

Además de querer mostrar lo que sienten y cómo ven el mundo, los jóvenes buscan perforarse o tatuarse como una manera en la que pueden aceptar su cuerpo, ya que desde la pubertad, el ser humano comienza a cuestionar su imagen debido a una percepción infundada del cómo se debe ver un cuerpo, por lo que este tipo de modificaciones son su manera de crear una identidad después de dejar a atrás una de las etapas más sencillas, la infancia.

De acuerdo con psicólogos de la UNAM, los adolescentes pasan por un momento de duelo después de dejar atrás la infancia, pues muchas cosas cambian de manera drástica, desde las responsabilidades, el cuerpo, los pensamientos y lo que los demás esperan de ellos, algo que es complicado de enfrentar, así que una de las mejores maneras de procesar este dolor del crecimiento es a través de la transformación voluntaria de su aspecto, pues esto los hace sentir el control de ellos mismos. 

En este sentido, una de las cosas más importantes es llegar a acuerdos con los hijos adolescentes, pues no se les puede negar tomar decisiones sobre su propio cuerpo, sin embargo, es vital crear una relación de confianza para lograr que este tipo de cuestiones se hagan de la mejor manera y bajo acuerdos establecidos en las que la convivencia familiar no se vea afectada. 

Fuente: Todo para ellas