Familia
Migraña en niños: Estos son los signos que alertan a los padres
Las migrañas del niño no se parecen a las del adulto. Por eso es importante saber cómo detectarlas
Ciudad de México.-¿Sabías que las migrañas pueden comenzar desde muy temprana edad? De hecho, cuando los padres piensan que sus bebés están llorando porque tienen cólicos, en realidad estarían sufriendo una manifestación precoz de migraña. Ante ello, surge la pregunta: "¿Qué distingue una migraña de un dolor de cabeza?" Son episodios de crisis que se han producido al menos cinco veces y son repetitivos.
A diferencia de los adultos que padecen un dolor de cabeza unilateral, en los niños el dolor de cabeza es bilateral, bifrontal, es decir, el dolor se localiza en la frente de ambos lados. Al igual que en los adultos, existe una intolerancia al ruido y a la luz. Pero la migraña también puede manifestarse en náuseas y vómitos. Periódicamente (cada uno o dos meses, por ejemplo), tiene un ataque de vómitos intensos, hasta cuatro veces en una hora. La migraña también puede provocar mareos. Otra peculiaridad en los niños es la palidez. También exisen fenómenos visuales (puntos de luz, etc.), hormigueo y trastornos del lenguaje.
¿Qué dispara los ataques de migraña? Modificación del horario de sueño, preocupaciones en la familia o práctica de una actividad física. Es importante saber que en el 60 al 70 por ciento de los niños con migraña, los padres también la padecen. Ante la sospecha de una migraña, es importante consultar al médico de cabecera o pediatra. Una vez realizado el diagnóstico, es necesario estar siempre atento.
¿Qué hay que hacer en caso de crisis?
Aconséjale que detenga su actividad y se acueste en un lugar tranquilo en la oscuridad. Anima al niño a descansar. A diferencia de los adultos para los que conciliar el sueño es difícil de compaginar con un dolor de cabeza, los niños lo tienen más fácil. El sueño es reparador y es el mejor tratamiento.
Padecer migrañas en la infancia no predispone a sufrirlas en la edad adulta. Para el 40 a 50 por ciento de los niños, la enfermedad se desvanece en la edad adulta. A menudo es en la pubertad cuando se produce la ruptura.
Fuente: Todo para Ellas
