Intolerancia alimentaria: Esta es lo que debes hacer si tu hijo tiene una

Ciudad de México.- La intolerancia alimentaria se caracteriza por una reacción del sistema digestivo cuando una persona consume un alimento en particular. La ingestión del producto alimenticio puede provocar una reacción de los intestinos, el estómago, el esófago o el colon. En particular, los bebés o los niños pequeños pueden verse afectados por una intolerancia al gluten, la lactosa, los huevos o los frutos secos.

En caso de intolerancia alimentaria, el cuerpo no produce la enzima que permite metabolizar el producto o aditivo químico contenido en el alimento. La intolerancia a la lactosa en un niño se debe a que no produce suficiente lactasa. La lactosa no se descompone normalmente y se vuelve un problema. Sin embargo, la intolerancia alimentaria puede ser reversible. A medida que crece, el déficit enzimático en un niño puede reducirse.

A diferencia de una alergia alimentaria, la reacción del cuerpo no es inmediata después de una intolerancia alimentaria. En caso de alergia, el sistema inmunitario reacciona directamente después del consumo del alérgeno. La persona puede volverse roja, hincharse y pueden aparecer pequeños granos en su cara y en su cuerpo.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia alimentaria?

La intolerancia alimentaria a veces es difícil de detectar, especialmente en un niño pequeño. Sin embargo, hay varias señales para alertar a los padres. El niño no suele estar muy bien unas horas después de consumir el alimento. Después, se vuelve inquieto o ser agresivo. También puede sufrir trastornos digestivos como cólicos, reflujo gástrico o náuseas.

Estos síntomas no son únicos. Por lo tanto, la intolerancia alimentaria es difícil de identificar. Es necesario que los padres estén atentos a los tipos de alimentos que le dan a su hijo. Cuando sospechamos de una intolerancia alimentaria, se les pide que siempre le den el mismo alimento para saber si provoca una reacción.

¿Cuáles son las precauciones que debe tomar en un niño?

Es necesario expulsar el producto alimenticio que causa la intolerancia. A los tres años, se puede intentar en pequeñas dosis volver a introducirlo en la dieta. Esta intolerancia puede deberse a la inmadurez del organismo. Así que dejaremos que el niño crezca y vuelva a intentarlo más tarde. Pero es posible que haya un verdadero déficit enzimático. En este caso, el niño ya no debe consumir este alimento.

Fuente: Todo para Ellas