Secreciones vaginales: Estas son las causas preocupantes detrás de los fluidos de color amarillo

Ciudad de México.- Desde la pubertad hasta la menopausia, la vagina produce secreciones. Este es un fenómeno fisiológico completamente normal que puede tener diferentes orígenes. De hecho, hay tres tipos de flujo vaginal: primero está el moco cervical, producido en el cuello uterino y secretado principalmente durante el período de ovulación; la microbiota vaginal, secreciones procedentes de la mucosa vaginal y cuya función es proteger las paredes de la vagina; y finalmente la ciprina, un líquido lubricante producido por las glándulas vestibulares.

Lo que hay que recordar es que estas diferentes secreciones naturales son la prueba de que el cuerpo funciona bien y que se respeta el equilibrio de la flora vaginal. Pueden ser translúcidas, blancas, amarillas, marrones, verdes, más o menos grumosas, viscosas y abundantes, sin que preocuparse. Por otro lado, si la secreción vaginal se acompaña de otros síntomas, puede revelar un trastorno o una infección ginecológica. Aquí hacemos un balance de las pérdidas amarillas y a qué se deben.

¿Qué caracteriza a las pérdidas amarillas?

No es raro que el color, la consistencia y la naturaleza de la secreción vaginal evolucionen durante el ciclo menstrual. ¿Las secreciones amarillas manchan tu ropa interior? Tenga en cuenta que, en principio, esto no muestra nada anormal, especialmente cuando las pérdidas toman este color antes de la menstruación o durante el embarazo. Como recordatorio: las secreciones vaginales se disparan naturalmente hacia el blanco crema o incluso el amarillo pálido, por lo que al espesarse, pueden volverse amarillas sin que esto sea un signo preocupante. Los cambios hormonales provocan este fenómeno.
Al final del ciclo menstrual, un mecanismo de protección del útero destinado a no dejar entrar más espermatozoides hace que el flujo vaginal se vuelva más abundante (y, por lo tanto, más amarillo).
Durante el embarazo, su engrosamiento es causado esta vez por el aumento del flujo de sangre en la zona pélvica y el aumento de los niveles de hormonas. En ambos casos, el resultado es el mismo: las secreciones vaginales se espesan.

Si las pérdidas amarillas que no van acompañadas de ningún otro síntoma no son preocupantes, cuando se asocian con ardor, picazón, enrojecimiento, olor anormal o incluso dolor en la vagina, esto puede ser una mala señal. De hecho, las secreciones amarillas  pueden ser uno de los síntomas de trastornos ginecológicos o infecciones vaginales. Aquí hay algunos ejemplos de patologías que pueden manifestarse en particular por la aparición de pérdidas amarillas:

1.- Vaginitis: aquí se trata de una inflamación de la vagina llamada vaginitis, la mayoría de las veces causada por una infección (micosis, clamidia, tricomoniasis, vaginosis bacteriana...). Por no hablar de las secreciones amarillas, otros síntomas que pueden indicar vaginitis son: sequedad vaginal, olor inusual, irritación, picor y dolor vaginal. Cuando la vulva también está afectada por la inflamación, se habla de vulvo-vaginitis.

2.- La cervicitis: inflamación del cuello uterino, la cervicitis se acompaña de pérdidas muy amarillas llamadas “mucopurulentas”. Si bien puede ser consecuencia de una enfermedad de transmisión sexual (chlamydia, gonorrea, herpes genital...), la cervicitis también puede ser causada por una reacción alérgica. Otros síntomas que la caracterizan suelen ser dolor vaginal, sangrado y problemas de fertilidad.

3.- Vaginosis bacteriana: esta vez se trata de una infección de la vulva y/o de la vagina causada por la proliferación de bacterias que a menudo resulta de un desequilibrio de la flora vaginal. Más allá del color amarillo, la vaginosis bacteriana también se manifiesta por abundante y maloliente flujo vaginal.

4.- La tricomonosis: enfermedad de transmisión sexual, la tricomonosis también se caracteriza por pérdidas amarillas purulentas, malolientes e irritantes. Es causada por la bacteria trichomonas vaginalis.

Fuente: Todo para Ellas