Exfoliación y 'peeling': ¿Qué diferencias tienen y cuál te conviene

Ciudad de México.-La exfoliación es un tratamiento esencial para la limpieza profunda de la piel. Pero, también se ha hablado del peeling ¿Cuál es la diferencia entre los dos? Para comenzar, la exfoliación puede hacerse sin riesgo siempre y cuando se elija una fórmula adecuada para cada tipo de piel. El peeling, en cambio, se reserva para los rostros marcados por los signos de la edad o faltos de luminosidad. Sin embargo, la exfoliación y el peeling pueden ser complementarios si se realizan con cuidado.

Hay dos tipos de exfoliación. La primera es aquella con un producto granulado que tiene un efecto inmediato pero superficial. Puede utilizarse tanto en la cara, como en el cuerpo. Cuanto más grandes son los granos, más abrasivos son. Por ello, en las pieles secas es preferible aplicar un exfoliante facial de grano fino no irritante. Por otra parte, el exfoliante sin textura granulada, mejor conocido como químico, tiene una acción profunda y menos rápida. Se utiliza sólo en el rostro y se recomienda para pieles con imperfecciones o pieles maduras. Su objetivo es eliminar las células muertas y limpiar la piel para hacerla más suave.

Basta con tomar una pequeña cantidad de la loción elegida y aplicarla sobre el rostro y el cuello. La exfoliación también favorece la regeneración celular y activa la microcirculación. La frecuencia dependerá de su tipo de piel: una vez a la semana para las pieles grasas o normales y una vez a la quincena para las pieles secas. Una buena hidratación es esencial después de la aplicación del exfoliante.

En cuando al peeling, ésta es una técnica cuya meta es retrasar el envejecimiento de la piel y reavivar su luminosidad. Más agresivo que la exfoliación, debe realizarse con cuidado y no más de una vez cada tres meses. Reduce las cicatrices del acné, las manchas y cierra los poros dilatados. 

¿Cuándo se debe evitar el peeling?

Ciertas condiciones aumentan drásticamente los peligros del peeling: en el mejor de los casos, es ineficaz. En el peor de los escenarios, provoca manchas, cicatrices o traumatiza la piel. Evítalo si te encuentras en alguna de las siguientes categorías:

- Estás embarazada o en periodo de lactancia.

- Tienes lesiones cutáneas, como rosácea, piel sensible y/o irritada.

- Tienes eczema, herpes, herpes zóster o melasma dérmico.

- Estás tomando medicación fotosensible, utilizas productos autobronceadores o vas a broncearte dentro de unas semanas al sol o con luz UV.

- Sufres de acné inflamatorio o estás en tratamiento contra el acné.

Fuente: Todo para ellas