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Antibióticos y alcohol: Conoce los riesgos que tiene el combinarlos
Seguramente alguna vez te has preguntado si puedes ingerir alcohol mientras sigues tu tratamiento de antibióticos. Pues bien, aquí está la respuestaCiudad de México.- Aún es martes, pero ya estamos deseando que llegue el fin de semana en el que nos vamos de fiesta con los amigos para celebrar la llegada de año nuevo. Después de la larga semana en la oficina, todos merecemos salir de casa para ponernos al día con los amigos y tomarnos unas copas, ¿verdad?
El panorama no parece tan alentador si estás enferma, porque significa que estarás tomando las pastillas que te recetó el médico. Todo el mundo lo sabe: antibióticos y alcohol no riman. Todos nos hemos encontrado en una situación así en algún momento de nuestra vida y es francamente molesto. ¿Qué hacer entonces? ¿Hay una solución? ¿Se puede beber alcohol con antibióticos?
Según las estadísticas, los mexicanos siguen consumiendo demasiados antibióticos. Pero, ¿por qué decimos que a menudo es innecesariamente? La razón principal es que estos medicamentos son efectivos solo contra enfermedades bacterianas como la cistitis, la neumonía bacteriana, la angina de pecho cuando se comprueba su origen bacteriano con una prueba, la meningitis bacteriana, etc. No son efectivos contra infecciones causadas por virus como el resfriado o la gripe.
¿Se puede beber alcohol con antibióticos?
En primer lugar, no te avergüences de hacerse la pregunta: "¿Se puede beber alcohol con antibióticos?" porque es, de hecho, una de las preguntas más frecuentes de los médicos cuando se trata del tratamiento farmacológico de sus pacientes.
Antibióticos y alcohol: ¿Cuáles son los riesgos?
Cuando el cuerpo descompone el alcohol, produce acetaldehído, que puede causar náuseas. Por su parte, muchos antibióticos ya provocan trastornos gástricos o digestivos, dolor de estómago o diarrea y el consumo de alcohol durante el tratamiento puede exacerbarlos. A menudo, beber mientras se toma un antibiótico incrementa la sensación de náuseas y provoca vómitos.
Además de los problemas gastrointestinales, los antibióticos y el alcohol pueden afectar la función cognitiva, la concentración y la coordinación. Otra cosa a considerar es que beber alcohol deshidrata el cuerpo e interfiere con el ritmo circadiano . Un buen sueño y la hidratación son partes esenciales para la curación del cuerpo, al igual que el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, que también puede verse afectado por el alcohol. Todos estos factores explican por qué es mejor abstenerse del consumo de alcohol durante el curso del tratamiento con antibióticos.
Fuente: Todo para Ellas