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Método RAS: La técnica para evitar sucumbir a los antojos por impulso
Sucumbir a los antojos de vez en cuando es normal, sin embargo, deja de serlo cuando esto se convierte en una actitud recurrente
Ciudad de México.- ¿Quién no ha tenido nunca unas ganas irreprimibles de devorar un pastel o una bolsa de papas fritas? Este tipo de antojo de alimentos puede ocurrir en cualquier momento, sin que lo dicte el hambre. Y por el momento, ceder a la tentación parece la única opción posible.
No te asustes. Esta es una reacción normal siempre que sea puntual. Por lo tanto, no hay nada de qué sentirse culpable si uno se deja tentar de vez en cuando por la glotonería. Por otro lado, si estos impulsos de alimentos se vuelven recurrentes, pueden resultar problemáticos.
¿Cómo se aprende a resistir estos impulsos de comer bocadillos? Siguiendo el método método RAS. Detrás de las siglas RAS se esconden las palabras "Respira, Atiende, Saborea" . Este protocolo, que se desarrolla en tres etapas, tiene como objetivo encontrar un margen de maniobra ante las urgencias alimentarias. El propósito es aprender a resistir los antojos de comida.
La urgencia dura unos diez minutos y, por ello, se propone un método que permite esperar con tranquilidad a que pasen esas ganas. Pero, ¿Cómo funciona exactamente?
**Respirar:
Para experimentar con el método RAS, comieza retrocediendo unos momentos. Recomendamos respirar, relajarse, cerrar los ojos y respirar hondo. Visualiza una ola que sube y luego inevitablemente baja. El siguiente paso es exhalar, antes de empezar de nuevo, luego repetir el ejercicio durante cinco minutos.
**Esperar
En este punto, la necesidad de comida debería haber disminuido. Se estima que después de 10 minutos, casi una de cada dos personas abandona su deseo de ingerir un postrecillo. Este momento es perfecto para cuestionar el impulso e identificar el origen.
**Saborear
¿Cómo reaccionar si la necesidad de alimentos sigue presente después de este período de tiempo? Sabrás que es tiempo de sucumbir al deseo. Si duró es porque es un deseo legítimo. El hecho de haber llegado al final del método RAS te permitiría comer de forma serena y en cantidades razonables.
Fuente: Todo para Ellas
