Herida del rechazo
¿Cómo saber si tengo herida del rechazo? 5 síntomas en tu personalidad que la demuestran
La herida del rechazo configura seres replegados en sí mismos que cultivan una extrema vigilancia hacia los demás. Descubramos juntas cuáles son los síntomas que te ayudarán a identificarlaCiudad de México.- La herida del rechazo se forma casi al pie de la cuna. Se abre en una edad crucial en la que el niño está construyendo las bases de su madurez emocional. Se expresa entonces de forma clandestina sin que la gente sea realmente consciente de ello. Se 'activa' en determinadas situaciones críticas como la pérdida del trabajo, una ruptura sentimental, discordia familiar o distancia amistosa. Se repite incansablemente, como un patrón maldito.
Posibles desencadenantes
La herida del rechazo es la peor sentencia para un niño en plena búsqueda de sí mismo. Por lo general, empeora cuando el niño entra en contacto con el mundo exterior. Si la herida del rechazo emana generalmente de un acontecimiento concreto, se profundiza aún más a lo largo de la construcción personal, cada vez que se vulnera la autoestima. En resumen, todo ser humano ya ha experimentado esta herida del rechazo. Pero fue más o menos bien recibido según la experiencia y el carácter. Sin embargo, existen ciertas predisposiciones, entre ellas:
- Ser un niño 'accidental' y no ser deseado. Desde los primeros días de vida la herida del rechazo puede ser palpable. Incluso si los padres no muestran ningún atisbo de decepción, el niño asume este papel de intruso.
- Cuando los padres no han satisfecho las necesidades primarias del niño. Se supone que el hogar es un lugar de comodidad y seguridad. Pero desde esta perspectiva, adopta una forma más amenazadora. El niño tiene entonces la sensación de ser 'demasiado' y de alterar la armonía familiar. Esta negligencia parental puede ser más o menos explícita y abarcar desde críticas excesivas hasta denigración de habilidades. Es aún más significativo en familias poco demostrativas e impasibles.
- En caso de abuso verbal o físico. No necesariamente viene de casa. Se experimenta más comúnmente en la escuela. Los niños acosados cultivan un sentimiento exagerado de autodesprecio.
- El nivel de sensibilidad de una persona. El temperamento actúa a veces como caja de resonancia para esta herida del rechazo. Alguien que ya tiene emociones al límite y una mayor sensibilidad puede luchar más intensamente con este respiro social.
Los principales signos
- Comportamiento evasivo: Para protegerse del rechazo, algunas personas pueden evitar las relaciones o adoptar conductas de autosabotaje que llevan las interacciones a su propia perdición. Esculpen una 'máscara social' que sólo proyecta lo que otros quieren ver. La herida del rechazo impide la autenticidad y la veracidad de una persona.
- Aislamiento social: Convencidas de que el patrón de rechazo se repetirá, las personas que sufren una lesión por rechazo prefieren inmunizarse contra el 'mal' permaneciendo recluidas en casa y alejándose de sus pares.
- Perfeccionismo: Para minimizar el riesgo de negación, algunas personas se esforzarán en ser 'ejemplares', incluso si eso significa agotarse. Una actitud que subraya una autoexigencia radicalmente peligrosa.
- Ira y resentimiento: La herida del rechazo infunde un cierto sabor a venganza. Todo lo que ha estado contenido durante años se libera sin moderación. El más mínimo reproche desencadena entonces una ira tempestuosa.
- Dependencia emocional: Las personas gravemente afectadas por la herida del rechazo buscan llenar un vacío o una conexión perdida. Cada vínculo de confianza aparece entonces como una especie de compensación 'emocional'. Constantemente suplican aprobación y atención de los demás, lo que puede generar una enorme tensión en sus relaciones.
Fuente: Todo para Ellas