Ser positiva todo el tiempo no siempre es bueno; entérate de cómo esta actitud te puede afectar

Ciudad de México.- En los últimos años, ha aparecido constantemente una ola de positividad en las redes sociales, en libros, en programas de televisión, etc. Como si el secreto del bienestar fuera el pensamiento positivo. Hoy queremos hablar sobre el daño emocional que provoca el sentimiento del deber de ser siempre feliz.

Lo más probable es que a lo largo de tu vida hayas escuchado a alguien decirte que independientemente del problema al que te enfrentabas, necesitabas "pensar en positivo". A partir de este ejemplo, el positivismo tóxico hace referencia a una conducta a partir de la cual la persona se impone a sí misma y a los demás un sentimiento generalista de felicidad y/o bienestar desvinculado de las circunstancias, negando las emociones negativas que puedan surgir. Es decir, existe la exigencia de encontrar el lado positivo de todas las situaciones, incluso cuando son claramente negativas.

Es como si la persona involucrada necesitara necesariamente estar siempre bien, feliz y sonriente, sin poder mostrar tristeza o cualquier otro sentimiento considerado negativo, como la ira, la ansiedad, la frustración y el miedo. Además, explica que, por lo general, quienes imponen este positivismo creen que necesitan sacar algo bueno de cada situación difícil.

¿Por qué la positividad tóxica puede ser dañina?

Aunque parezca inofensivo, el positivismo, cuando es tóxico, puede ser sumamente dañino para la salud mental. Esto se debe a que, según ella, todos los seres humanos experimentamos a diario diferentes emociones, tanto buenas como malas, pero al enfatizar solo los buenos sentimientos, la persona reprime e invalida los demás, que pueden provenir de ella y de otras personas.

La creencia central del positivismo tóxico es que se puede tener calidad de vida y salud con solo eliminar las malas emociones, las quejas, el desánimo y el cansancio, por ejemplo. Esto se convierte en un problema, porque no siempre viviremos cosas agradables todo el tiempo, y al experimentar algo malo, la persona con esta creencia puede culparse a sí misma y al otro, por no estar feliz y agradecida todo el tiempo.

Si bien es importante mantener una perspectiva positiva en la vida, la positividad tóxica puede ser dañina porque puede hacer que las personas ignoren sus sentimientos negativos y, en consecuencia, no enfrenten adecuadamente los desafíos de la vida. En lugar de enfrentar las dificultades de frente, las personas a menudo intentan reprimir sus sentimientos negativos, lo que puede provocar problemas de salud mental. Además, la positividad tóxica puede hacer que las personas se sientan avergonzadas de tener emociones negativas, lo que puede empeorar la situación.

Otro factor nocivo es que la represión de cualquier emoción te enferma, sobre todo cuando es negativa. Sobre el enunciado, aclara que es necesario ponerse en contacto con lo que evoca el sentimiento, para que puedas elaborarlo adecuadamente, lo que no ocurre en la negación.

Fuente: Todo para Ellas