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¿Por qué las rupturas provocan pérdida de apetito? Te lo contamos todo
Te explicamos cómo se relacionan la ruptura y la pérdida de apetitoCiudad de México.- Al contrario de lo que sugieren todas las representaciones posteriores a la ruptura en el cine, el primer instinto de la mayoría de nosotros no es apresurarnos a comer. Lejos de ello, incluso tendemos a perder el apetito y comer ya no forma parte de nuestras preocupaciones. ¿Cómo se explica esto?
Todos sabemos que pasar por una ruptura puede ser difícil. Un sentimiento de abandono y tristeza puede invadir nuestra vida cotidiana, justificando la famosa expresión de "duelo enamorado". Entonces podemos tender a no comer o comer muy poco, a veces incluso sin darnos cuenta. Esta pérdida de apetito puede depender de diferentes factores.
- Causas fisiológicas
La dificultad para comer cuando sufrimos un desamor se debe a que nuestro cuerpo está en "modo supervivencia". El sistema nervioso simpático, que hace posible responder a situaciones de emergencia, está ocupado gestionando el estrés provocado por la ruptura. En resumen, tu cuerpo está utilizando todos los medios posibles para que te recuperes rápidamente de esta separación amorosa. Nuestro ritmo cardíaco aumenta, nuestras pupilas se dilatan, nuestra digestión se ralentiza y comer ya no es una prioridad para nosotros. Esto también se observa en algunos corredores y ciclistas. En carrera tienen que comer mucho, pero fisiológicamente les cuesta. Están en una situación estresante. Sus niveles de adrenalina y frecuencia cardíaca prácticamente les impiden poder comer.
- La gestión de las emociones
Pero la fisiología no es el único factor que entra en juego. Si bien nuestro cuerpo está ocupado luchando contra emociones negativas como el estrés, la tristeza o la ira, las hormonas también tienen un efecto sobre nuestro apetito. Las hormonas como el cortisol y la adrenalina también pueden interferir con la digestión, incluso causando náuseas.
Las áreas del cerebro encargadas de las emociones y el dolor emocional son también las que regulan nuestra alimentación, el hambre y el gusto. Todas estas áreas al ser vecinas, pueden influirse entre sí. Sin embargo, ten la seguridad de que este estado melancólico no dura indefinidamente y tu apetito volverá a la normalidad.
Fuente: Todo para Ellas