Coqueteo o acoso: ¿Cómo diferenciarlos para defenderse mejor? Presta atención a las señales

Ciudad de México.- La ola #MeToo ha remodelado profundamente el coqueteo moderno, pero lamentablemente no ha erradicado el comportamiento abusivo. Abordar a una persona en la calle sigue siendo aceptable siempre que no se convierta en una búsqueda que atosigue. Lo mismo ocurre con el famoso contacto visual, que puede resultar halagador, pero también molesto. Finalmente, entre el coqueteo y el acoso, el matiz es a veces sutil. Para distinguir las acciones reprensibles de los enfoques educados, he aquí algunos puntos de referencia esenciales. Como era de esperarse, el consentimiento sigue siendo un indicador crucial.

• Aprende a delimitar la seducción

Con el tiempo, la definición de seducción se ha distorsionado por completo, convirtiéndose casi en un 'pase libre'. Si antiguamente inducía a bailes lentos, tiernos poemas y declaraciones, parece que hoy ha perdido toda su esencia. Algunas personas no dudan en mitigar sus errores utilizando la vieja excusa del 'intento de seducción'. Entonces, para distinguir entre coqueteo y acoso, es necesario aclarar el significado primitivo de seducción.

El coqueteo tiene como objetivo mostrar interés romántico o sexual en una persona. Implica señales positivas y respetuosas, como contacto visual, sonrisas, cumplidos corteses y escucha activa. Si se crea una conexión y la atracción es mutua, entonces la seducción es válida. Por el contrario, si la persona de enfrente no es receptiva y adopta una actitud evitativa, este pequeño jugueteo debe cesar, de lo contrario se convertiría en acoso. El hecho de insistir para que el otro ceda ante estos avances socava los límites del delito.

• Presta mucha atención al consentimiento

Cuando la noción de consentimiento es ignorada o deliberadamente socavada, ya no se trata de coqueteo, sino de acoso. En este caso, es tolerancia cero. Los silbidos, los comentarios no solicitados, pero también las palabras persistentes crean un clima de miedo y hacen de la calle un lugar hostil. Estos están lejos de ser chistes pasajeros o banalidades cotidianas. 

• Evalúa cuidadosamente el contexto

Para distinguir el coqueteo del acoso, el contexto es un barómetro fiable. Por ejemplo, si estás en tu lugar de trabajo y tu jefe te pone apodos íntimos y te incluye en sus chistes verdes, está yendo mucho más allá de los límites de lo aceptable. Lo mismo ocurre con los molestos SMS que deja el técnico que acaba de venir a instalar la fibra. O el repartidor de Ubereats, demasiado emprendedor, que confunde su número de móvil con algo derivado de Tinder.

Todas estas irrupciones, tanto incongruentes como desordenadas, equivalen a acoso. Pero ojo, eso no significa que un hombre en una 'cita' pueda concederse todos los derechos. Aunque este contexto ya sea más saludable , no estás a salvo de un gesto inapropiado o de un comentario inmodesto. 

Fuente: Todo para Ellas