Aquí están las 5 fases principales de una relación romántica y cómo superarlas con éxito

Ciudad de México.- Tan únicas como son, la mayoría de las historias de amor se rigen por cinco etapas principales que pretenden ser casi inevitables. De hecho, estas contribuyen al desarrollo de la relación y no todas son sencillas de superar. Desde el inicio del idilio, donde todo sigue siendo todo hermoso y color de rosa, a veces nos encontramos muy rápidamente ante los primeros desacuerdos y las primeras desilusiones que pueden poner en peligro todo lo que habían establecido juntos. 

• ¿Cuáles son las 5 fases principales de una relación romántica?

Una historia de amor comienza primero con la fase del "enamoramiento". Es la que marca el inicio de la relación, aquella en la que todavía estamos en una nube y durante la cual idealizamos absolutamente todo sobre nuestra pareja. La operación de seducción ha comenzado pero no ha concluido, entonces mostramos la mejor versión. Este lapso está lleno de atenciones y declaraciones, que aseguran que todo siga funcionando. Esta fase de felicidad absoluta suele durar entre tres y 18 meses antes de dar paso a la siguiente, un poco más tumultuosa. 

En efecto, la segunda fase corresponde a la de los primeros remolinos. Del sueño nos desplazamos hacia los primeros momentos de duda. Estas faltas que hasta ahora no habías podido percibir en el otro, te saltan al instante. Solo ves en tu pareja sus puntos débiles o sus miedos y eso ya no te hace tan feliz. A veces la desilusión puede ser tan grande que acabas dándote cuenta de que no necesariamente comparten la misma filosofía de vida, ni las mismas metas y ambiciones de futuro. Es por eso que durante esta etapa, la comunicación será primordial para escapar de la ruptura. 

En la fase tres, las cosas se ponen difíciles cuando surgen las primeras oposiciones. Cuando se instala la rutina, uno de los involucrados puede buscar tomar la delantera en la relación colocándose en una posición de poder. Inevitablemente, esto genera tensiones: desde las pequeñas disputas hasta las grandes peleas a gritos que pueden derrumbar lo mejor de la relación. La pregunta que debes hacerte en este punto es: ¿Estás lista o no para comprometerte y aceptar a tu pareja como realmente es? 

La respuesta se puede dar en la fase cuatro, que se considera como el balance. Un reflejo que suele darse en torno al séptimo año de relación, si es que se ha mantenido hasta entonces. Es un momento decisivo, porque es en el que decidiremos el turno que le queremos dar a nuestra pareja. Hacemos un balance para darnos cuenta si estamos verdaderamente realizados o si, por el contrario, la insatisfacción se ha apoderado de nuestros sentimientos. En este caso, no debes tener miedo de tomar decisiones incluso radicales. 

Durante la fase final puedes respirar un poco. La confianza y la seguridad comienzan a asentarse. Tienes la certeza de estar con la persona indicada y te das cuenta con el tiempo que ésta te llena de felicidad como el primer día. Juntos han sido capaces de afrontar varias crisis permaneciendo unidos ante la adversidad. Puedes asegurar que tu relación tiene bases sólidas.

Fuente: Todo para Ellas