Aloe vera: ¿Cómo saber si tiene sed y es momento de regarla?

Ciudad de México.- Como una de las plantas suculentas, el aloe vera asume un alto contenido de agua en las hojas. Los beneficios de su jugo son conocidos y los aprovechamos para una gran cantidad de aplicaciones en interiores y exteriores. La planta está acostumbrada a ambientes áridos soportando periodos de sequía, pero esto no significa que no se deba regar. Y aquí está la clave: regar de forma adecuada para no deshidratarla. Es cierto que tenemos la tentación de hacerlo más a menudo, pero ¡basta! El riego excesivo puede matar la planta. ¿Cómo saber si el aloe vera tiene sed? Aquí te contamos cuáles son las señales de alerta.

Es cierto que el aloe vera tiene gran resistencia, pero esta tolerancia tiene límites y, cuando su "reserva de agua" se agota, su estado empeora y la deshidratación se vuelve crítica. Esto ocurre cuando las células vegetales han perdido casi toda el agua de su interior y no hay reposición. Sin agua, se encogen y sus funciones fisiológicas se alteran, incluidos los procesos metabólicos. El agua ya no puede transportar libremente los nutrientes y, como consecuencia, la planta se debilita y puede morir más tarde. 

Signos:

• Sus hojas se vuelven amarillas y caen. Las puntas afiladas de las hojas se vuelven marrones y los bordes se secan. Si uno mira profundamente, habrá manchas marrones, el suelo estará seco y las raíces serán frágiles.
• El aloe deshidratado comenzará a ablandarse. La falta de agua en las células vegetales las dejará flácidas o sueltas. Pronto se encogerán y perderán su forma hinchada.
• El agua mantiene la planta erguida y cuando falta, la planta pierde su forma. Las hojas están específicamente curvadas hacia adentro.

¿Cómo regar un aloe vera?

El suelo debe estar húmedo después de regar, pero debe dejarse secar hasta cierto punto antes de volver a regar. No querrás que las raíces se pudran, ¿verdad?

Para asegurarse de no empapar la planta, deja que el tercio superior de la tierra para macetas se seque entre riegos. Por ejemplo, si la planta se mantiene en 15 cm de tierra para macetas, deja secar la mitad. Usa un palito de helado que hayas medido en centímetros para mayor comodidad.

En términos generales, planifica regar su planta de aloe cada dos o tres semanas en primavera y verano, e incluso con más moderación en otoño e invierno. Una regla general en otoño e invierno es duplicar aproximadamente el tiempo entre riegos, en comparación con el horario de riego de verano. 

Fuente: Todo para Ellas