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Errores de lavandería: Esto es lo que NO tienes que hacer al lavar las toallas
Malos hábitos de lavandería reducirán la vida útil de las toallas y las volverán ásperasCiudad de México.- Según una idea preconcebida, cuanto más producto de limpieza uses, más profunda será la limpieza. Sin embargo, es todo lo contrario. La mayoría de las veces, las toallas se vuelven ásperas por el exceso de detergente.
Cuando usa demasiado detergente, se vuelve imposible enjuagar correctamente la ropa. El residuo de sustancia se adhiere a las fibras y las obstruye, lo que también las hace desagradables al tacto. Para disfrutar de toallas muy suaves, lo primero que debe hacer es respetar escrupulosamente las dosis indicadas en el envase del detergente que usas, o incluso reducirlas un poco. Si esto no es suficiente para solucionar el problema, es probable que tu agua tenga mucha cal.
Para suavizar las toallas, también puedes usar un suavizante de telas casero fácil. Entre las soluciones más efectivas está el vinagre blanco. Vierte medio vaso en el compartimento del suavizante de telas antes de cada lavado, luego ejecuta el programa habitual. Ahora bien, si no quieres usar ningún producto, puedes deslizar una pelota de tenis en el tambor. Durante el lavado, la bola golpea la ropa, lo que tiene el efecto de amasarla, pero también de alisarla. Esto hace que el lavado sea mucho más eficiente, al mismo tiempo que suaviza la ropa.
En el caso de toallas que se han vuelto muy ásperas, opta por un auténtico cuidado de tu colada con ayuda de un gel de aloe vera (en tiendas ecológicas). Para prepararlo, toma un bol o una ensaladera grande. Llena con agua y agrega el gel de aloe vera, cuenta una cucharada por litro de agua. Mezcla bien y vierte en el compartimento del suavizante de la máquina. Si no tienes nada de esto a mano u olvidaste el suavizante de telas casero, también puedes suavizar tus toallas después del lavado planchándolas con vapor.
Para evitar que se deterioren con rapidez. Primero, ten en cuenta no mezclarlas con ningún otro tipo de prendas (ni de color, ni obscura, ni blanca, ni ropa interior). No las planches y tampoco las introduzcas en la secadora de gas. El motivo es evidente: el calor envejece las fibras. Tampoco abuses del detergente, el exceso jugará en tu contra.
Fuente: Todo para Ellas