Cómo
Que la lechuga no se ponga café; sigue este truco que mantendrá el buen aspecto
Si bien una lechuga oxidada no significa que no sea apta para el consumo, sí la vuelve poco apetitosaCiudad de México.- ¿Te encanta añadir la lechuga a tus platillos? Siendo ese el caso, te compartimos un truco muy útil para evitar que la verdura se oxide y se mantenga fresca en todo momento. A todas nos ha sucedido que guardamos la lechuga en el refrigerador y al sacarla para combinarla con otros alimentos nos llevamos la desagradable sorpresa de que las hojas se han tornado marrones.
De acuerdo con el portal Ehow Español, la oxidación ocurre tras una reacción química en la que participa el gas etileno, mismo que regula el crecimiento de las plantas. La presencia de este gas provoca que el color verde cambie rápidamente a amarillo-café. ¿Sabías que algunas frutas expulsan altos niveles de etileno? En este sentido, el primer consejo para preservar en buen estado la lechuga es evitar almacenarla junto con la manzana, el plátano, el durazno y el jitomate.
Si bien el óxido de la lechuga no significa que la pieza ya no sea apta para el consumo humano, sí provoca que tenga un aspecto poco atractivo. Además, puede incorporar un olor un tanto desagradable, lo que la volvería aún menos apetitosa. Para que esto no te pase, toma nota del siguiente tip que llevan a cabo muchos chefs.
¿Cómo reducir el óxido de una lechuga?
Primer paso: Usa un cuchillo de plástico para retirar la base de la lechuga. Deja fuera de juego los utensilios de metal, puesto que aceleran la oxidación del alimento y eso no es lo que queremos.
Segundo paso: Deshoja la lechuga. A continuación vierte agua fresca en un recipiente y mezcla con vinagre. Sumerge la verdura y deja en remojo durante 10 minutos.
Tercer paso: Una vez pasado el tiempo, enjuaga las hojas y sécalas lo más que puedas. En este punto tú eliges si las dejas enteras o las cortas en pedazos.
Cuarto paso: Acuesta las hojas de lechuga sobre una hoja de papel absorbente y cubre con una toalla adicional. Posteriormente, mete las hojas en una bolsa hermética y saca el aire antes de cerrarla. Finalmente, refrigera la verdura.
Con este truquito, la lechuga se mantendrá intacta hasta el momento en el que decidas utilizarla en tus recetas. El sabor será el mismo y el aroma igual. Ahora que ya conoces este secreto culinario, sólo falta que lo pongas en práctica.
Fuente: Todo para Ellas