¿No sabes cómo limpiarlas? Te explicamos cómo desinfectar a la perfección las espinacas

Ciudad de México.- Las espinacas son uno de los vegetales consentidos en la cocina, no sólo por su espectacular sabor, también por el valor nutricional que ofrece. Para que te des una idea, por cada 100 gramos se obtienen 90 miligramos de calcio, cuatro miligramos de hierro, 54 miligramos de magnesio, 423 miligramos de potasio. En cuanto a vitaminas, cada 100 gramos aporta 542 microgramos de vitamina A, 30 miligramos de vitamina C, dos miligramos de vitamina E, 140 microgramos de ácido fólico.

Por otra parte, comer espinacas -sin importar que sean crudas o cocidas- ayuda a prevenir el cáncer y el asma, reduce la presión arterial, mejora la salud ósea y favorece la regularidad digestiva. Por si te parece poco, las maravillas no terminan ahí, puesto que también disminuye el riesgo de padecer problemas de la vista, eleva las defensas del organismo y, tal como a Popeye, contribuyen al buen funcionamiento muscular.

Dado que están presentes en un abanico amplio de recetas, es importante saber cómo manipularlas correctamente. En concreto, nos referimos al proceso de desinfección. De no lavar las hojas se corre el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria provocada por bacterias y otros microorganismos que habitan en ellas. Esto sin olvidar todos los residuos tóxicos, derivados de los productos químicos a los cuales son expuestas para fertilizarlas, mismos que pueden ser nocivos para la salud. 

Lo mejor que podemos hacer para cuidarnos es mantenernos atentas a lo que nos llevamos a la boca. En este sentido, te compartimos una técnica útil para limpiar las verduras. Este método es gentil con las hojas de las espinacas, ya que éstas tienden a ser delicadas y el abuso de desinfectante podría decolorarlas. 

¿Cómo se hace?

Primero, quítales el tallo. Ellos suelen ser fibrosos y podrían generar una especie de calambre en los dientes. Además, evita la sensación desagradable que causa en la lengua, sin contar que será más fácil lavarlas. A continuación, pasa el ramillete por debajo del chorro de agua para quitarles la mayor parte de la tierra. Asegúrate de que el líquido corra por cada una de las hojas. Una vez completado ese paso, colócalas en un recipiente lo suficientemente amplio para que quepan sin mayor problema. Llénalo con suficiente agua y añade tres gotitas de cloro. Con esa cantidad será suficiente. 

Ahí no termina el proceso. Deberás revolver con tus manos para que el desinfectante llegue a todos los rincones. Espera cinco minutos y trata de retirarlas sin mover el agua, así no volverás a levantar la tierra que se encuentra en el fondo. Una vez escurridas están listas para utilizarse como lo prefieras. 

Fuente: Todo para Ellas