Cómo
Este es el error que cometes al lavar los trastes y que los deja sucios
Si eres de las que mezcla el jabón de trastes y el cloro, lamentamos decirte que esto no debe hacerseCiudad de México.- Una mezcla muy común en el hogar es la del detergente para trastes con cloro. Se tiene la creencia que al combinarlos se obtiene un resultado con mayor potencia de desinfección. Al hacer esto lo que en realidad ocurre es que merman en gran medida las propiedades de ambos productos.
Sebastián Ugarte, jefe de la unidad de pacientes críticos de la Clínica Indisa, confirmó que los efectos del jabón y el blanqueador pueden anularse por completo cuando se revuelven. Por tanto, son menos capaces de eliminar las bacterias y los gérmenes. Esto sucede debido a que el jabón se oxida cuando entra en contacto con el cloro y éste a su vez se bloquea. Pero las consecuencias no terminan ahí, ya que además se liberan compuestos tóxicos llamados cloraminas.
Cuando el ser humano entra en contacto con las cloraminas puede presentar síntomas respiratorios tales como irritación nasal, tos y sibilancias. Además, en la piel puede desarrollarse un sarpullido. Los ojos también pueden verse afectados; se enrojecerían y sufrirían una sensación de picor.
Como ves, combinar este par de productos no atrae ningún beneficio. Por el contrario, no limpian los utensilios y dañan la salud. Llegados a este punto quizás te preguntes, ¿Cómo puedo asegurar que los trastes lo más aseados posibles cada vez que los lavo? La respuesta es más que sencilla.
Lo ideal es lavar los trastes sólo con el jabón. Luego, enjuaga las piezas y usa otra esponja para desinfectarlos con cloro. Se recomienda no usarlo directamente. En su lugar, disuelve una porción en agua. Otra forma, particularmente útil, es verter cloro y agua limpia en un frasco con atomizador. Una vez que hayas lavado los trastes con detergente y enjuagado, rocía la mezcla sobre ellos Espera unos minutos para que los productos actúen y, finalmente, aclara ¡Y listo! En ambos casos quedarán relucientes.
Nota: No olvides lavar la esponja de vez en cuando. Para ello, llena un recipiente ¾ de su capacidad con una mezcla de agua y vinagre blanco a partes iguales. Sumerge la esponja en el líquido y coloca el recipiente en el microondas durante dos minutos. Una variación aún más sencilla es verter agua y el jugo de medio limón en un bol. Deja la esponja en remojo toda la noche y dile adiós a las bacterias.
Fuente: Todo para Ellas